lunes, 12 de septiembre de 2005

El pesado pasado de Perotti

El actual fiscal del Juicio por la Verdad de Mar del Plata, Raúl Perotti, fue acusado en 1984 de presenciar interrogatorios bajo tortura en una comisaría de La Pampa. Asegura que lo confunden.

Por Diego Martínez

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El fiscal Raúl Perotti fue designado en septiembre de 1976 como defensor de pobres y ausentes.
Un ex empleado de la comisaría 1ª de Santa Rosa declaró que “iba a conversar” con los represores “con posterioridad” a los interrogatorios. Otro, que “sabía presenciar” las sesiones, que incluían torturas con picana eléctrica. Un ex profesor de secundario que padeció años de cárcel dijo que, lejos de defenderlo, “interrogó a alumnos de 13 años presionándolos a que declararan contra mí bajo la amenaza de que no iban a poder proseguir sus estudios”. Los tres testimonios constan en la causa del Primer Cuerpo de Ejército que instruye el juez Daniel Rafecas y se refieren a Raúl Pedro Perotti, designado en septiembre de 1976 como defensor de pobres, ausentes e incapaces ante el juzgado federal de La Pampa y actual fiscal ante el Tribunal Oral de Mar del Plata. Consultado por Página/12, Perotti sugirió una probable confusión de apellidos, afirmó que nunca pisó una comisaría de Santa Rosa y que consiguió liberar a todos los procesados por razones políticas. Días después el semanario pampeano Lumbre despejó cualquier duda: reveló que en 1985 un ex represor, actualmente procesado por secuestros y torturas, incluyó al “doctor Pedro Perotti” entre los testigos que podían dar fe sobre su actuación. El listado lo encabezaba el genocida Ramón Camps y lo integraban los principales responsables de la Subzona 14.
En 1984 el ex empleado de la seccional 1ª de Santa Rosa Héctor Ovidio Strack declaró ante la gobernación pampeana que en la planta alta de ese edificio se realizaban interrogatorios bajo tortura. “Con posterioridad a los interrogatorios, a la planta alta iba a conversar con los oficiales el fiscal del juzgado federal Dr. Perotti”, contó. En realidad no era fiscal sino defensor. Ese mismo año, el ex ordenanza de la unidad regional José María Leppez relató que en la seccional 1ª funcionó durante la dictadura el Comando de la Subzona 14, donde “se realizaban sesiones de interrogatorios y torturas físicas con aplicación de la llamada ‘picana eléctrica’ a los detenidos”. Un día entró a servir café y vio a un hombre con el torso desnudo mientras le aplicaban picana en el cuello y la cintura. Entre los torturadores reconoció a los comisarios de la policía pampeana Carlos Reinhart, Roberto Constantino y Roberto Fiorucci, procesados en diciembre pasado por decenas de secuestros y torturas. Agregó que “sabía presenciar también estas sesiones de interrogatorio el doctor Perotti, que hacía en esa época las veces de secretario (sic) del juez federal”, a quien conocía por haberlo visto “en compañía de Constantino”. Lo describió como una persona “más bien alta y de contextura física mediana” y recordó que “allí le llamaban ‘el Loco Perotti’, lo que le hace pensar que tenía una gran amistad o confianza con los oficiales mencionados”.
El profesor Carlos Samprón, entonces rector del instituto José Ingenieros de Jacinto Aráoz, relató que en julio de 1976 fue detenido y llevado junto a otros profesores a la comisaría local y luego al destacamento de la policía caminera, donde fueron brutalmente torturados. Tras ocho meses en el penal de Santa Rosa fue citado a declarar ante el juez federal Walter Lema, quien “luego de un interrogatorio franco y abierto” dictó su prisión preventiva en base a la ley 20.840. “Me acusaba de ser el responsable de la subversión ideológica en el sudeste de la provincia”, relató. Ante los riesgos que corrían los abogados de presos políticos nombró al defensor oficial Perotti, “quien con su prepotencia, su falta de sensibilidad y su inacción fue cómplice de la situación. Incluso mientras era mi defensor actuó en una ocasión como juez subrogante e interrogó a alumnos de ¡13 años! de la escuela por mí dirigida, presionándolos a que declararan contra mí bajo la amenaza de que no iban a poder proseguir sus estudios”. Ante la consulta Perotti negó haber interrogado a menores, dijo que sólo subrogó al juez “en causas tontas” y que logró el sobreseimiento de los profesores detenidos.
Luego de sugerir la posible confusión de apellidos Perotti negó haber sido apodado “el Loco”. Minutos después llamó a este cronista para agregar que “seguramente se refieren al defensor que me reemplazó: le decían el Loco (sic) y tenía un apellido similar”. Mientras la búsqueda en guías judiciales de la época lo refutaba, en el último número de Lumbre el ex dirigente de ATE Marcelino Acosta, quien durante años investigó el terrorismo de Estado en La Pampa, agregó otro dato contundente: el 10 de enero de 1985, al redactar su defensa para presentar ante la Justicia, el ex represor Athos Reta incluyó a Perotti en una lista de testigos que podían declarar en su favor. “Sí, el doctor Pedro Perotti, ex funcionario del juzgado federal con asiento en la capital provincial de La Pampa, estuvo afectado de alguna manera a tareas inherentes a la subzona militar 14”, escribió Reta, quien además aclaró que en esos días Perotti se desempeñaba en la Justicia federal en Morón. “No tengo idea quién es”, dijo Perotti a este diario. Reta es un policía retirado de La Pampa, preso desde diciembre por su participación en doce casos de privación ilegal de la libertad y cinco casos de tormento. El listado de hombres honorables que podían dar fe de su inocencia lo encabezaba el genocida Ramón Camps y todos los testigos que ofreció están hoy procesados y presos por su actuación en la subzona 14. Excepto uno: el Loco Perotti, reciclado como fiscal federal, quien ahora deberá darle explicaciones al procurador general de la Nación.